Sesión 09 - 12/10/24
Los protagonistas son llamadas por Ethelmoer, quien les ofrece un trato. Si descubren lo sucedido en la zona de cuarentena hará la vista gorda y permitirá su escape del Refugio. Les explica que en esta zona, estaban investigando una torre de una civilización antigua (literalmente en medio del distrito) donde pretendían hallar respuestas sobre la maldición del alma. Sin embargo, parece que algo ha salido mal y el distrito se ha llenado de no-muertos. Ethelmoer está seguro de que han saboteado su investigación, posiblemente la Iglesia de Pharasma, para manchar aún más la reputación de los Animantes. Amenaza también con que si no cumplen su trato, contratará al nuevo gremio de aventureros para perseguirlos, temiendo que le traicionen como hizo Amenia.
El grupo acepta el trato de Ethelmoer y este manda a Ravel que les entrene en sus habilidades como Animistas. Ravel les enseña a separar su cuerpo del alma, ver las almas de los que todavía no han pasado al plano etéreo, manipular objetos con esta, etc. Durante esto, Ravel actúa de forma racional y calmada, a diferencia de sus maneras habituales, debido a estar separado de su cuerpo en trance.
Tras aprender sus capacidades como Animistas (aunque básicas), parten al nuevo gremio de aventureros a petición de Knux. Al parecer, el gremio fundado por Knux, Brother's in Arms en Arkhaven, ha comprado al gremio local de Eldria y abierto así una nueva sede. Al entrar todo está abarrotado pero rápidamente les recibe Anderson, antiguo compañero y amigo de Knux especializado en la información y la diplomacia. Este les informa de la situación política en la que se encuentra, trabajando mano a mano con los Animantes pero al mismo tiempo en favor con la Iglesia de Pharasma gracias a los trabajos encubierta realizados por Knux. Les confiesa también que en Arkhaven y al rededores ellos son los encargados de encargarse de los Animistas, y al contrario de los Animantes, su contrato es caza para terminar con ellos. Todos reconocen que la solución no es esa, el primero Anderson, por eso busca en conjunto con Ethelmoer una solución de raíz para el problema.
Anderson explica que Kergatt, líder de la Orden de Bellacor, está realizando tratos con Albrecht, Vigilante del Umbral de Pharasma, para tratar el distrito en cuarentena. Finalmente han llegado al acuerdo de no avanzar en la zona y está prohibido el paso. Anderson provee a los protagonistas de runas, talismanes y pociones para que estén preparados y les desea suerte. También les facilita un pergamino de alto nivel para que puedan comunicarse con él allá donde esté. Los protagonistas a cambio, le cuentan el problema de los Locust en Elmsdale y advierten del peligro a escala global que representan.
Todo parten hacia la zona en cuarentena y gracias a la visión de Elia consigue subirse a los edificios de esta y visualizar un acceso a través del bosque (pese a los intentos de fastidiar por parte de un vagabundo local). Avanzan por el bosque sin problemas hasta llegar al distrito afectado. Aquí ven a la gente infectada de un extraño virus pero no son no-muertos.