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Diario de investigación del Profesor Adam Flynn - Entradas 11 a

Diario de investigación del Profesor Adam Flynn - Entrada 11

Flynn: Mientras analizaba la actividad de los demonios en el mundo aislado, uno en particular capturó mi atención. Su nombre es Pepemue, un ser con un aura de astucia y perspicacia inusuales para un demonio. A diferencia de otros que se rigen por el caos y la destrucción sin sentido, Pepemue muestra un cierto grado de organización y estrategia en sus acciones.

Flynn: A medida que he estudiado sus movimientos, he comenzado a notar que Pepemue no solo lucha por el caos y la destrucción sin sentido. Su enfoque es táctico, sus acciones están cuidadosamente planeadas y su intención es clara: establecer un orden propio en el mundo demoníaco.

Flynn: Elohim, quien siempre busca el bien y la justicia, no estaría de acuerdo con colaborar con un demonio como Pepemue. Igualmente continuo analizando la posibilidad de colaborar con este.

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Flynn: Después de meses de observación y estudio, he decidido que Pepemue tiene el potencial de ser un aliado valioso, pero para colaborar con él, primero tenía que salvarlo de una situación crítica. El Rey Demonio Zorath descubrió el complot de Pepemue y ordenó que fuera exiliado a un plano dimensional inferior, donde su existencia estaría llena de miseria y desesperación. No podía permitir que alguien con su inteligencia y habilidades se perdiera en el olvido.

Flynn: Me presenté a Pepemue como "Los Observadores", una entidad anónima pero poderosa capaz de cambiar el curso de los acontecimientos. Fue una medida cautelosa para mantener mi identidad oculta. A través de un portal, lo extraje justo antes de que fuera condenado al exilio, mostrándole que podía tener una segunda oportunidad.

Flynn: Le ofrecí un trato: si Pepemue aceptaba trabajar conmigo y utilizar su astucia para mantener el equilibrio entre las fuerzas oscuras, le permitiría regresar al plano dimensional superior y restaurar su estatus como uno de los líderes demoníacos. Sin embargo para mi sorpresa, Pepemue me hizo una solicitud inusuall: un pequeño plano dimensional, del tamaño de una habitación de mansión, con una chimenea en el centro. Un lugar seguro y acogedor donde pudiera planificar sus estrategias y recuperar fuerzas, pero sobre todo, un plano donde tuviera poder absoluto, su propia dimensión para gobernar sin restricciones. Acepté su condición, viendo el potencial de una alianza basada en intereses mutuos.