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Sesión 13 - 10/06/23

Tras muchas vueltas en la cueva, Edward decide preguntar a Ygdrath si tiene algún hechizo que pueda ayudar, a lo que este responde que no, pero no muy confiado. A falta de opciones decide enseñarle el hechizo a Edward. El hechizo envía la Vela al futuro, separando bruscamente a Edward de esta, haciéndole daño y dejándole inconsciente, pero vivo. Gracias a esto pueden salir tranquilamente de la sala pero no dicen a Vorlos nada de esto. Nereia y Jolnos les acompañan de nuevo a Kobala donde les esperan los demás compañeros. Antes de irse hablan con Vorlos sobre como está tratando a su hija y le convencen (a regañadientes) de darla más libertades para poder visitar a las razas de la superficie. Como condición, Vorlos hablará personalmente con Miguel Maraña sobre "asuntos pendientes".

Una vez en Kobala informan a Miguel de esto quien decide escapar corriendo a Sacramento con la excusa de hablar con el líder de la religión Taurina. Los protagonistas le acompañan pero no sin antes ir al templo del dragon Niederroth El Grande. Aquí Sorn les cuenta historias de este y justo delante de la puerta de la cripta Ygdrath les detiene. Si colocan la esfera en el receptáculo este conseguiría el cuerpo de Niederroth, el dragón más grande y poderoso de todos. Sin embargo Ygdrath no quiere robarle el cuerpo a su hermano y pese que podría utilizarlo para conseguir la Tabla del Destino, decide irse y conseguirla por si mismo (con ayuda de los protagonistas).

Antes de partir Edward recupera la Vela con el hechizo y Holt la toca, apagándola y haciendo una explosión que empuja a todos lejos de esta. Según Ygdrath su alma está anclada a su cuerpo y rechaza que la Vela se vincule con esta.

Al llegar a Sacramento con Maraña. este les presenta a la cabeza de la religión, un minotauro llamado Christov. Este les agradece su trabajo liberando a los elfos y su ayuda con los kobolds y tritones. Cuando ve la Esfera del Dragon, se la pide amenazante alegando que debe entregarsela a Amano Kouji o que él mismo estará en peligro. Tras todos intentar convencerle, Ygdrath apela a su pasado diciendo que los dragones se encuentran cerca de la extinción así como lo hicieron los minotauros. Con esto y la palabra de que los protagonistas dejarían su vida en manos del dragón, muestra de confianza, decide hacer la vista gorda en el asunto. Ygdrath aprovecha para pedirle su Vela de Alma asegurando que solo la desea para recuperar a su raza y que no caiga extinta. Christov acepta solo si liberan de la tribu orca a un minotauro llamado Kaspersky, quien no puede morir y está apresado por los orcos desde hace años. Esto da lugar a una conversación donde Christov les explica las cualidades de la maldición y llegan a la conclusión de que Holt tiene la misma maldición.

Los protagonistas ponen rumbo al continente donde habitan los minotauros (oculto en los mapas convencionales) y llegan a su pantano. Aquí los orcos se encuentran medio zombies (mentalmente) e intentan atacarles sin razón pero aparece otro consciente para ayudarles llamado Yegigoth. Este les explica que el hechicero Balog lleva varias generaciones alimentándose de las almas de su gente con el poder de la Vela y solo su familia, encargada de proteger la tumba de Kaspersky, ha estado fuera lo suficiente como para resistir el hechizo del nuevo autoproclamado líder orco. Los protagonistas le explican que quieren librar a Kaspersky a lo que este se niega y les amenaza, pero frente a la situación de que estos tienen un dragón y a un ser inmortal como el minotauro (Holt), además de que es el único orco sin hechizar, acepta su ayuda para librar a su gente a cambio de librar a Kaspersky.

En la tumba oculta y sellada por magia, Ygdrath libera al minotauro quien se levanta de su descanso deseoso de matar más orcos.