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Sesión 05 - 07/09/24

El enfrentamiento con Grigor se torna brutal. Los protagonistas, exhaustos, logran acabar con él, pero sus hombres no ceden. Rodeados y sin escapatoria, la situación parece desesperada… hasta que los aldeanos de Eldoria irrumpen en el combate. Gracias a la ayuda de aquellos con quienes forjaron lazos en los últimos días, logran repeler a los guardias y forzar su retirada.

Con la calma recuperada, Lena explica que esperó un tiempo tras perder de vista al grupo y consiguió sacar a los prisioneros de las catacumbas. Sin embargo, ni Orson ni Hilda estaban entre ellos. También informa de que la ejecución de Kent se ha suspendido debido al nacimiento del hijo de Lord Lyssander, aunque el carnicero sigue preso.

Decididos a terminar con los asuntos pendientes, los protagonistas irrumpen en la mansión de Lyssander. Liberan a Kent y encaran al noble, exigiéndole que no tome represalias contra los aldeanos que se unieron a la revuelta. Lyssander, devastado, apenas reacciona. Su esposa ha muerto en el parto y su hijo ha nacido sin alma. Sin familiares cercanos ni propósito, es una sombra de lo que fue. En lugar de ejecutarlo, el grupo le condena a seguir viviendo, instándole a reconstruirse ayudando a su pueblo. Antes de marcharse, denuncian el gran árbol de Eldoria como un reflejo siniestro de su retorcida visión. El noble no responde. Solo se queda allí, roto, con lágrimas silenciosas.

De vuelta en la taberna, Lena se prepara para asumir el control del establecimiento tras la huida de Orson. Como gesto de gratitud, entrega a los protagonistas varios artefactos que pertenecían al tabernero. Solo se queda con uno que nadie reclama: un reloj de arena con un aura oscura, aunque a ella solo le parece hermoso.

Poco después, una discusión estalla entre Lena y Grimbold. La conversación deja claro que a él le importa más su orgullo que la desaparición de su hija. Furiosa, Lena decide romper su relación y exige acompañar a los protagonistas en su viaje para buscar a la niña. El grupo consigue disuadirla. Aún no está preparada para una vida de peligros, pero le prometen que encontrarán a su hija.

Con la situación resuelta, el grupo parte en mitad de la noche en busca de una cura para su maldición. Durante varias jornadas, recorren los caminos a pie hasta alcanzar Elmsdale, una ciudad con un aire mucho más luminoso que la sombría Eldoria.

Al llegar, visitan la taberna donde trabajaba Elia hasta hace un par de semanas. Allí conocen a Gressel, el tabernero, un gnomo afable que les pone al tanto de la situación. Elmsdale sufre una plaga de criaturas llamadas Locust: insectos del tamaño de un perro, con exoesqueletos verdes y un apetito voraz.

Mientras conversan, se cruza en su camino Amenia, una animante. Al principio, la mujer se muestra cordial, pero al descubrir que los protagonistas son animistas, su actitud se torna hostil. Con rabia, les confiesa que ella también sufre la maldición y asegura que Ethelmoer no podrá hacer nada por ellos. Además, su llegada coincidió con la aparición de los Locust, aunque insiste en que no tiene ninguna relación con ello. Sin más explicaciones, abandona la taberna y sube a la carreta de Jörgen, el mismo mercader que llevó a los protagonistas a Eldoria. En agradecimiento por salvarle la vida, Jörgen les informa de que transportará a la mujer a Ellamar.

Aprovechando su estancia en Elmsdale y su conexión con Gressel, Elia se muestra decidida a ayudar al pueblo con la plaga. Sin embargo, parece que ya hay un grupo de exterminadores trabajando en ello.

En ese momento, la puerta de la taberna se abre de golpe. Un hombre entra con paso firme, cargando un Locust entre los brazos. Su nombre es Jorin. Y él es el líder de los exterminadores.