Skip to main content

Sesión 28 - 17/06/25

Los jugadores avanzan por Fogcursed Island. Cuando avanzan al fondo de esta, Hammon que va junto a ellos les da la señal y abren a bolsa de vientos de Rose. Estos arrancan arboles e incluso la hierba del suelo, disipando considerablemente también la espesa niebla. En ese momento, múltiples no muertos salen de entre la niebla restante. Analizando la situación, Knux sabe que no pueden avanzar, pero si aguantar la posición hasta que lleguen los aventureros.

Para sorpresa de todos, antes que los aventureros aparecen para ayudarles la Orden de Bellacor y las elfas de Rose. Surgen varios voluntarios para acompañarles, pero los protagonistas elijen a Soriz y Namarie. Los demás lucharán en la superficie junto al ejército mientras que los que bajen con ellos, arriesgarán sus vidas. También aparece un fantasma de los rosarios que resiste a sus ataques, pero finalmente Astra tiene que atacarle con todas sus fuerzas, debilitando a esta al consumir unos poderes que ya no le otorga Pharasma, al estar combatiendo con Lord Xet'Zal.

El ejército de aventureros llega y con ellos el grupo principal avanza. Llegan hasta un gran valle donde hay una torre inmensa absorbiendo almas. Al acercarse y entrar en ella, observan tuberías y canalizaciones en las que Campbell puede sentir las almas de los muertos fluir, como si de un recurso se tratase. Todos siguen a Astra, quien siente cerca la presencia de Von Mortis. Bajan a las profundidades de la torre hasta que dan con una inmensa cueva con pasillos estrechos, un paso en falso y caerían al vacío. Elía tira una tiza, pero ni siquiera son capaces de oír la caída de esta.

Avanzan y llegan a una sala donde está su viejo enemigo, Orson. Este parece querer entretenerles como la primera vez, pero agarran a este y le interrogan. Según dice, si paran la maquinaria de la sala, las almas se acumularán y explotará todo. Mientras habla, Campbell le pregunta por la filacteria, donde los liches almacenan su alma para revivir. La mirada de Orson le traiciona y encuentran una moneda apoyada en la máquina. Entregan esta a Astra y la quema con su poder, dejando a Orson vulnerable. Aunque Campbell prefiere dejarle ir, Elia y Astra no están de acuerdo, terminando con la vida del liche por sus pecados.

El grupo avanza y ve como las almas se concentran todas en una gran sala, algo por encima de ellos. Suben a esta por unas escaleras y se encuentran con Von Mortis y Kergatt. Ni Elia ni Soriz creen lo que ven sus ojos, pero Kergatt no responde a preguntas, simplemente dice que acaben con Von Mortis y obtendrán respuestas. El grupo lucha y derrotan al último liche y miembro del culto de muerte. Durante el combate Astra recibe una visión de que Lord Xet'Zal atravesará el portal, Orson les había mentido y tenían que detener las máquinas, no ocurriría ninguna explosión. Elia ordena a Soriz y Namarie a cerrar estas, al ser los más rápidos del grupo, mientras los demás hablan con Kergatt.

Kergatt se acerca a ellos, sin embargo esta vez guarda su libro y se centra en ellos. Kergatt desvela que todo lo ha planeado él desde el principio, empujando a los cultos para que atacasen el mundo. Su motivo es que el mundo ha crecido complaciente, donde los reinos no tienen ejércitos y confían solo en la Orden de Bellacor donde además ahora los nuevos integrantes no tenían intención de honor sino gloria y ganancias, los habitantes del continente tampoco saben defenderse y de Kergatt depende la seguridad del mundo ¿Qué pasaría cuando él muriese? Para evitar el fin de la sociedad, aceleró y ayudó a los enemigos, corrompió a la Orden de Bellacor y se convirtió en el antagonista, todo para crear gente fuerte capaz de soportar momentos difíciles.

Elia cae de rodillas, rota al saber que el hombre que la había salvado dos veces, a quien ella veía como un padre, había orquestado esto desde el principio. Está decidida a acabar con él, y él a que ella acabe con su vida. Kergat anima al grupo a luchar contra él y tras una encarnecida batalla (vuelven también Soriz y Namarie tras haber cortado el suministro de almas al portal). Kergatt cae derrotado, pero mientras celebran la victoria, Tyrfing hace presencia, molesto de no haber acabado con Astra como había jurado. Por eso, quita su martillo Tyrsmash a Elia y lo mete en el cadaver de Kergatt para convertirle en un poderoso demonio. Todos juntos luchan contra este, incluso Kaesius, el último de los elfos, hace aparición en la escena, saltando entre las piedras de la pared y atacando al demonio. Al verse acorralado este pide ayuda a Tyrfing, que intenta matar a Astra pero gracias a la ayuda de dos clérigos curándola, aguanta y sobrevive. El grupo mata al demonio, y Tyrfing, harto, se dispone a darle un golpe final, pero Kaesius se interpone, muriendo aplastado pero salvando la vida de la elegida de Pharasma.

En este momento, se abre un portal de donde sale una mujer de pelo verde y ojos rojos, Emmura, de campañas anteriores. Con una sola palabra Tyrfing cae al suelo de rodillas, la mujer se disculpa y ambos se van en el portal, prometiendo Emmura que jamás volverán a verle y pidiendo a Astra que trasmita sus disculpas a Pharasma. El cadaver del demonio regresa a la normalidad y vuelve a ser Kergatt. Elia y Soriz coinciden en no desvelar esto a nadie y que Kergatt muera con su honor intacto.

Astra se dirige a Elia, Campbell, Knux y Elisabeth. Gracias a su ayuda, Pharasma tiene fuerzas para ofrecer sanar su condición de animista, pero vivirán solo meses. Cuando mueran, su alma no se desintegrará sino que será juzgada. Además les ofrece también otra posibilidad, revertir su condición completamente y que vivan durante los años que les quedasen en este mundo originalmente. Esto último cuesta el sacrificio de mil almas para cada uno, donde se desintegrarán y jamás podrán recuperarse. Pharasma usará a criminales pero todavía sin juzgar, por lo que podrían estar justificados, pero considera más correcto pagar a los protagonistas por su ayuda.

Finalmente y tras pensarlo mucho, Elia y Knux deciden extender su vida para revivir la Orden de Bellacor y el gremio de aventureros como los Hermanos de Bellacor. Reconstruir el mundo y unir a la gente que quiere ayudar y defender a otros. Campbell y Elisabeth creen que el sacrificio no merece la pena, disfrutarán juntos de sus últimos días hasta morir y ser juzgados por la Diosa Pharasma.